julio 4 2020

Historias SOS de la pandemia: Rocío

“Mi nombre es Rocío, tengo 26 años. Soy madre soltera y vivo con mi hija Sami (6). De lunes a viernes, después de tomar desayuno, me aseguro que Sami se conecte a las clases que brinda el Estado a través de la señal abierta, pero la nitidez no es buena. Su profesora me envia sus tareas por Whatsapp, es difícil porque a veces no hay señal ya que vivimos en la zona alta de un AA.HH. Yo las imprimo en una cabina que queda a unas cuadras. Sami me tiene que esperar en casa por unos minutos.

Mientras ella está con sus clases, yo aprovecho para ponerme a leer mis libros de cuando estudiaba Administración de Empresas. Dejé mis estudios cuando estaba en cuarto ciclo, tuve que dejar de estudiar porque me quedé sin trabajo. Espero poder regresar pronto, me gustaba mucho la carrera, era una de las mejores de mi clase.

A veces noto que mi hija se pone triste y molesta, ella está aburrida. Yo siempre converso con ella y le explico que esto es momentáneo, que todo es por su bien. Ella nunca sale, pero sabe muy bien todas las medidas preventivas. Ha aprendido a lavarse las manos contando hasta veinte, cuando yo llego de la calle siempre me dice que me saque los zapatos y me lave bien las manos.  

Estoy preocupada y algo nerviosa, trato de ser fuerte cuando estoy con Sami, pero igual me siento estresada y a veces tengo insomnio. Lo que más me preocupa es no encontrar un trabajo pronto y no tener dinero. Trato de ahorrar haciendo que los víveres que tengo duren más tiempo, ya que imprimir las tareas de mi hija es caro.

Por ahora trato de mantenerme positiva, yo sé que pronto las cosas van a mejorar, que podré volver a mi trabajo y continuar mis estudios. Mi principal motivación es Sami, quiero demostrarle que en esta vida sí podemos salir adelante. Haré todo lo posible para terminar mi carrera y brindarle a mi hija todas las oportunidades que merece”.

Rocio y Sami participan en nuestro servicio de Fortalecimiento Familiar en Lima Norte.

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