mayo 5 2020

Historia de una madre emprendedora: Ageda

“Me llamo Ageda, soy del distrito de Bambamarca, camino a Celendín, en Cajamarca. Tengo 35 años y tres hijos: Luisa (19), Melisa(13) y Miguel Ángel (6). Me dedico a mis hijos y también a trabajar pasar sacarlos adelante. Yo me encargo sola de la crianza de ellos. Mi hija mayor está con mi abuelita, pero siempre viene a vernos, estamos en contacto.

Yo  conocí a Aldeas Infantiles SOS porque el joven Daniel (facilitador de la organización) un día vino e hizo una reunión, ahí se formó un pequeño grupo que se reúne para recibir talleres, charlas sobre crianza de los niños, para saber educarlos. Para mí fue emocionante cuando llegó Aldeas para reunirnos a varias mamás, ahora nos conocemos y nos ayudamos. Nos enseñamos un poco más unas a las otras.

He recibido talleres de tejido, bisutería, muñecas, para mí todo es muy bonito, pasamos la tarde haciendo nuestros trabajos entre risa y risa. También nos han enseñado mucho sobre crianza, aprendiendo todo se sabe. He aprendido a cuidarlos y a estar pendiente, enseñarles y apoyarlos con sus tareas. Les pregunto cómo les va en el colegio. Hemos aprendido mucho. Ahora expreso mis emociones, estoy feliz y contenta con mis hijos.

A veces recuerdo cuando se fue su padre, nos dejó, nos abandonó. A mi hijito lo dejó de un añito, él ahora ya tiene 6. Agradezco a mis compañeros de Aldeas porque me aconsejaban, me daban ánimos, sigue adelante por lo niños me decían. Mi situación económica era una desgracia, no tenía ni para comer. Yo me puse a trabajar, los dos se quedaban en casa o se iban a mi trabajo. Primero tejía chompas y frazadas para poder sacar algo.

Una vecina me dijo tráelos a los niños, no los dejes solos. Nunca los he abandonado. Ahora trabajo repartiendo menú. Yo no sé leer, pero a mis hijos trato de ayudarlos como puedo, ellos son muy obedientes. Ellos se sienten alegres por el apoyo de Aldeas, me hacen acordar cuando son los días de la reunión. Melisa me acompaña y va al reforzamiento escolar, el niño va al Hogar Comunitario.

Siempre almorzamos juntos en el menú donde trabajo, (el restaurante de mi prima), ya tienen alimentación. La profesora me dice que Melisa es muy hábil, hace sus trabajos en papelotes, expone bien. Me felicita porque sabe que no sé leer pero siempre estoy acompañando a mis hijos. Cuando hay amor y voluntad, todo se puede”.

Ageda y su familia reciben apoyo a través de nuestro servicio de Fortalecimiento Familiar en Cajamarca, Perú.