Día de la Madre – mayo 7 2021

Conoce a Dina y sus 14 años como mamá de corazón

De profesión, técnica en enfermería; de vocación, mamá. Gracias a la gran labor que realiza cada día como cuidadora de niñas, niños y adolescentes, este año recibió el reconocimiento internacional Premio Helmut Kutin.

Se dice que la empatía es el arte de comprender emociones y la historia de Dina, cuidadora en nuestro Programa Ayacucho, comprueba que a veces los lazos sanguíneos no son necesarios a la hora de convertirse en ese soporte emocional materno que muchas niñas y niños sin cuidado parental necesitan.

“La palabra cuidadora puede sonar un poco fría, pero para mí es la labor más hermosa porque a pesar de no ser mamá biológica, tengo casi 30 hijas e hijos de corazón. Cuidarlos y vivir con ellos ha sido maravilloso”.

Correteando detrás de los animales en el campo junto a sus hermanos, así recuerda Dina su infancia feliz al lado de sus padres. Ella elige recordar los buenos momentos y agradecer los malos porque le permitieron convertirse en una persona noble y valiente.

A los 10 años, su madre enfermó y su papá empezó a perder la visión. Obligada por las circunstancias tuvo que dejar su hogar para empezar a trabajar en la capital como trabajadora del hogar y luego como cuidadora de ancianos y niños. “Gracias a Dios terminé mi secundaria y pude cursar estudios superiores, a la vez iba ayudando a mis padres. Después de sacar mi título como técnica en enfermería, empecé a trabajar en un laboratorio.

Cuando falleció su padre, tuvo que mudarse una temporada a Tarma y fue ahí cuando su hermana le comentó sobre un trabajo en Aldeas Infantiles SOS Perú. “Cuando postulé me dijeron que la convocatoria ya había finalizado, pero pedí que por favor me consideren y al final me aceptaron. Mis inicios fueron en el Programa Chiclayo primero como tía SOS, ahí conocí a gente maravillosa. Recuerdo que había un jovencito que me decía: tía, yo sé que estás triste lejos de tu familia, pero nosotros también somos tu familia. Siéntete como si estuvieras en casa. Y así empecé a rodearme de personas muy buenas hasta el día de hoy.

Cada segundo domingo de mayo, una fecha muy especial

Con la pandemia, la rutina con las niñas, niños y adolescentes que tiene a su cargo, así como las celebraciones han cambiado. Sin embargo, el día de la madre sigue conservando un espacio muy especial para ella y para todas las “mamás SOS en la Aldea.


Si alguien me concediera un deseo, pediría que a todos mis hijos les vaya bien en la vida y que la pandemia termine ya porque hay muchas personas en el mundo que están sufriendo.

 

La ganadora del Premio Helmut Kutin 2021 confiesa que lo que más le gusta de su labor es que puede apoyar con mucho amor y paciencia a niñas y niños que tienen una necesidad emocional muy grande.La mejor enseñanza que me ha dado la organización es que a pesar de nuestras historias, podemos ser capaces de contribuir al desarrollo de muchas personas.

Dina siempre conservará su título de enfermera, solo que desde hace ya 14 años, brinda primeros auxilios emocionales a niñas, niños y adolescentes que han perdido el cuidado de sus padres por distintas razones. Gracias a su amor y protección, ellos sanan heridas y pueden convertirse en su yo más fuerte.