En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, una celebración anual que promueve el papel de las y los jóvenes como portavoces de cambio, para generar conciencia y soluciones ante los problemas por los que ellas y ellos enfrentan.
Ninguno de los derechos de la niñez y juventud es más importante que los otros. Sin embargo, existe uno que permite el cumplimiento del resto. El derecho a la participación, promueve que la niñez y adolescencia logre su desarrollo y adquiera habilidades de autonomía, resiliencia y comunicación.
Para que su participación sea genuina, se debe apoyar y gestionar la construcción de una opinión informada; la sinergia entre Estados, instituciones, y políticas públicas, que promuevan espacios propios para la niñez y adolescencia y de representatividad para ellas y ellos. Ese enfoque fortalecerá sociedades democráticas y empoderadas.
La confianza y la competencia para participar, se adquieren gradualmente con la práctica. No se puede esperar que, repentinamente, las niñas y niños al cumplir la mayoría de edad, se conviertan en personas adultas responsables y participativas, sin antes haber adquirido experiencia y habilidades. La participación es, por tanto, un derecho y un compromiso, ya que implica compartir las decisiones que afectan a la vida propia y a la vida de la comunidad en la que se desenvuelven.
El desarrollo saludable de la niñez depende también de que se les permita relacionarse con el mundo, tomar decisiones de manera independiente y hacerse cargo de más y mayores compromisos a medida que sean más capaces de hacerlo, a partir del principio de autonomía relativa.
Aldeas Infantiles SOS trabaja para visibilizar la participación activa de niñez y juventud, que en el marco del ejercicio de sus derechos puedan expresar sus propias ideas, sentimientos y experiencias, permitiéndoles su aporte y opinión para generar el cambio. Permite que toda niña, niño, adolescente y joven, sea partícipe y protagonista de su entorno y desarrollo, empoderándoles para poder enfrentar su día a día sin sentirse excluidos o sin voz y desarrollar la mejor versión de sí mismos.
12.900 niñas, niños, adolescentes y jóvenes de América Latina y el Caribe, en 146 localidades y 20 países, hoy son participantes activos en su propio entorno, generando cambios y siendo escuchados con base en los compromisos y responsabilidades asumidas a partir de sus ideas y acciones.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Niñez (UNICEF), una participación juvenil significativa tiene que ser transparente, voluntaria, respetuosa, pertinente, adaptada, con formación específica y con rendición de cuentas.
El foco de trabajo de Aldeas Infantiles SOS con personas jóvenes se centra en una mirada integral de su desarrollo, siendo uno de los ejes estratégicos de ese desarrollo la educación, tanto formal como no formal, con fines de empoderamiento y autonomía progresiva para la toma de decisiones sobre su propia vida y la transformación de su entorno.
Por esa razón Aldeas Infantiles SOS invita a gobiernos, instituciones, sociedad civil y principalmente agrupaciones juveniles a celebrar el Día de las Juventudes, construyendo agentes de cambio mediante la participación responsable de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Promoviendo el que juntos trabajaremos incansablemente para sembrar el empoderamiento de las Juventudes y que sus voces, ideas y necesidades sean escuchadas, a través del ejercicio pleno de sus derechos, permitiéndoles una vida plena, segura, digna, con oportunidades equitativas e inclusivas.
La participación es compromiso, ideas y acciones.