Pronunciamiento – setiembre 28 2021

Sobre el retorno seguro a clases semipresenciales y presenciales en Perú 

Escuelas con igualdad y libres de COVID-19. En Aldeas Infantiles SOS en Perú invocamos a garantizar que ninguna niña o niño continúe sin acceder a una educación de calidad por pobreza, discriminación o cualquier otra causa.

Desde Aldeas Infantiles SOS Perú creemos que es necesario retornar a la presencialidad educativa para frenar el aumento de las desigualdades que la pandemia ha evidenciado, pero sin dejar de lado tres aspectos fundamentales: un retorno a clases seguro, progresivo y con lineamientos claros para abordar la salud mental de la niñez y adolescencia.

No es posible hablar de calidad educativa con una brecha digital tan alta. Es justamente esta una de las principales preocupaciones por la que debemos apostar por la presencialidad. Como organización que trabaja acompañando procesos educativos a nivel nacional, somos testigos de esta dificultad latente que afecta principalmente a las niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad y a los más alejados de la zona urbana.

Recientemente, la Presidencia del Consejo de Ministros alertó sobre el impacto de la pandemia en la educación, refiriendo que 705,000 niñas, niños y adolescentes interrumpieron sus estudios el 2020 y que para el 2022, serían aproximadamente 320,000 quienes podrían no volver a las aulas.

Además, el Ministerio de Educación (MINEDU) indicó que son 76,864 las instituciones educativas habilitadas para las clases semipresenciales. Sin embargo, a la fecha solo 6,873 se encuentran llevando a cabo la mencionada modalidad a lo largo de 21 regiones.

Ninguna niña o niño debe quedarse sin educación

La actual situación de emergencia de la educación nos preocupa profundamente, por lo que exhortamos establecer metas que no dejen a ninguna niña o niño atrás y agilizar los esfuerzos para un pronto retorno a la presencialidad.

Para lograr este objetivo, desde Aldeas Infantiles SOS Perú consideramos que el Estado, la sociedad civil, las empresas, familias y estudiantes deben trabajar de manera articulada. Asimismo, es necesario atender con prioridad los siguientes aspectos:

  • Las instituciones educativas públicas y privadas de la zona urbana y rural a nivel nacional, deben encontrarse listas para este retorno a la presencialidad. Esto no solo implica contar con todas las consideraciones que recomienda el Ministerio de Salud (MINSA) para la prevención de la COVID-19, sino también contar con la infraestructura adecuada.
  • Saludamos la meta de vacunar al 100% de maestros y plana docente este 2021, pero creemos importante que también se priorice la inmunización de la población estudiantil comprendida entre 12 y 17 años, así como seguir bajando el rango de edad en más regiones del país.
  • Retornar a la presencialidad sin olvidar los avances en cuanto a los beneficios de los entornos virtuales para la educación. Esto es clave para fortalecer el sistema educativo y modernizarlo para estar a la altura de otros países más desarrollados.
  • La pandemia está dejando -además- un fuerte impacto emocional en las niñas, niños, adolescentes: esto se evidencia en datos del MINEDU que revelan que el 34% de los estudiantes de tercero de primaria y el 45% de estudiantes de primero de secundaria han experimentado síntomas de depresión y ansiedad el 2020.
  • Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), la violencia familiar se incrementó durante la pandemia. El aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes no será exitoso en un entorno de violencia, por lo que es fundamental promover capacitación en temas de crianza afectiva dentro de las aulas y en los entornos familiares para mantener a las comunidades sanas.

También se debe tener en cuenta lo siguiente:

  • Según información oficial, el incremento de la matrícula pública ha crecido en 500,000 estudiantes (totalizando 6.5 millones de estudiantes en escuelas públicas), producto de la pérdida del empleo de varias familias peruanas.
  • El retorno a clases también significará – sobre todo en el área urbana – un desafío para el transporte público, el cual actualmente ya se encuentra colapsado y en el que no se cumplen protocolos mínimos como el distanciamiento social.
  • La flexibilidad necesaria a tener en cuenta para los casos de niñas, niños y adolescentes necesidades educativas especiales o con comorbilidades asociadas a riegos de contagio frente a la COVID-19.

No cabe duda que lograr este objetivo significará un gran reto multisectorial, donde deberán trabajar de la mano: Educación, Salud, Transporte, así como los gobiernos locales, impulsando iniciativas complementarias y articuladas que promuevan escuelas con igualdad y libres de COVID-19, pero también comunidades sanas.