noviembre 25 2019

Día Internacional contra la Violencia de Género: #SomosMásQueCifras

La situación en América Latina y el Caribe de la mujer y la niña es particularmente urgente, ya que la violación a los derechos humanos es extendida, sistemática y generalizada. América Latina y el Caribe constituye la región más violenta para las mujeres y niñas fuera de zona de guerra.  

Por tal motivo, este 25 de noviembre, Día internacional por la eliminación de toda forma de violencia y discriminación contras las mujeres, adolescentes y niñas, Aldeas Infantiles SOS Perú comunica el compromiso que tiene en visibilizar esta situación y sobre todo mostrar y denunciar que existen alarmantes cifras y quienes sufren más son mujeres, adolescentes y niñas.

Estas cifras se exponen en la campaña #SomosMásQueCifras para denunciar la agresión física, psicológica, sexual y económica hacia las mujeres que se ejerce con intencionalidad mediante el maltrato, violación, abuso, acoso sexual, trata, prostitución obligada, homicidios, entre otros; y que involucra sobre torno a personas cercanas a su entorno: parientes, amigos, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, o extraños.

La violencia contra la mujer y la niña es una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre géneros, que han conducido a la discriminación y a la interposición de obstáculos contra el pleno desarrollo de la mujer.

En el año 2013, de los 25 países del mundo que registraron altos y muy altos índices de feminicidio, más del 50% (14 países) eran de América Latina y el Caribe. [1]Y hoy, hay 9 víctimas de violencia machista asesinadas al día.[2] 

Los datos de 2017 y 2018 muestran que El Salvador (6.8), Honduras (5.1), Bolivia (2.3), Guatemala (2.0) y la República Dominicana (1.9) son los países con mayores tasas de feminicidios en América Latina.[3]

La violencia no es sólo directa, sino que también es estructural, con condicionantes como la pobreza, el limitado acceso al ejercicio de derechos sexuales y reproductivos, el poco impulso de políticas públicas para promover la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, lo que se traduce en violencia material.

La tasa de fecundidad en adolescentes es una de las más altas del mundo, solamente superada por los países del África subsahariana, 12%, dato que tiende a ser más expresivo en el grupo de adolescentes de menores ingresos y menor nivel educativo.[4] Y la mortalidad materna es una de las principales causas de muerte en las adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años en la región de las Américas.[5]

En 14 países de la región, una de cada nueve mujeres de 15 a 24 años habría tenido su primera relación sexual antes de los quince años (11%). Esta cifra llega a 15% en República Dominicana.

Entre el 70% y el 80% de las víctimas de abuso sexual son niñas, en la mitad de los casos los agresores viven con las víctimas y en tres cuartas partes son familiares directos. Más de un millón de niñas y adolescentes son víctimas de violencia sexual en América Latina y el Caribe y 1 de cada 4 adolescentes se casó antes de los 18 años.[6]

Pero la violencia y la desigualdad se encuentran en todas las dimensiones de la vida. Por cada hora trabajada, las mujeres reciben ingresos laborales que son en promedio 17% inferiores a los de los hombres con la misma edad, educación, presencia de niños en sus hogares, condición de ruralidad y tipo de trabajo según un informe de OIT presentado en 2019.[7]

En América Latina, una de cada cuatro adolescentes mujeres que viven en áreas rurales y en situación de pobreza no asiste a la escuela y en promedio, asisten menos que los adolescentes varones en la misma situación. El problema es inclusive más grave para las niñas y adolescentes de pueblos indígenas. 

La mitad de la población migrante en el mundo son mujeres[8] que experimentan una doble discriminación por ser mujeres y extranjeras.

En Aldeas, trabajamos todos los días para cambiar esta realidad y en cada uno de los países se desarrollan acciones afirmativas, orientadas a disminuir las brechas de género, considerando cada vez más la necesidad que tienen las niñas y adolescentes de hacer frente a la violencia, acoso y discriminación. 

Afirmamos nuestra postura en contra de los matrimonios infantiles y la mutilación genital femenina; aplicamos la perspectiva de equidad de género a nuestros sistemas de protección infantil; trabajamos para identificar las medidas de protección, capacitamos a los cuidadores y cuidadoras, concientizamos a docentes, proveedores de atención médica, líderes y lideresas comunitarios sobre la prevención y respuesta a la violencia de género. Y luchamos por cambiar las actitudes y normas de la comunidad mediante procesos participativos. 

Las mujeres adolescentes y niñas tienen derecho a una vida digna, libre de toda forma de opresión y vulneración. Y la educación es fundamental para frenar esta grave violación a los derechos humanos.

[1] Documento de Apoyo Política de Igualdad de Género LAAM.

[2] Reina, E. - Centenera, M. -  Torrado, S. (25 de noviembre, 2018). América Latina, la región más letal para las mujeres. El País. Recuperado de https://elpais.com/sociedad/2018/11/24/actualidad/1543075049_751281.html

[3] https://oig.cepal.org/es/indicadores/feminicidio

[4] https://oig.cepal.org/es/indicadores/maternidad-adolescentes

[5] UNFPA, 2018

[6] UNICEF, 2018 [7] https://www.ilo.org/americas/temas/igualdad-de-g%C3%A9nero/lang--es/index.htm [8] https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-refugees-and-migrants