Nuestro trabajo – mayo 22 2018

Claves para una crianza positiva

Afecto, límites y consciencia: claves de la crianza positiva.

Los adultos cumplimos un papel fundamental en la crianza y educación de nuestros hijos e hijas. Tan importante es este rol que está reconocido en la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo es imprescindible reconocer el desafío que esto representa. Cuidar a un niño, niña o adolescente es un reto para el que, en algunos casos, no estamos preparados.

En el ejercicio del cuidado se conjugan múltiples factores: las obligaciones cotidianas, las expectativas que como adultos tenemos, las rutinas a las que estamos habituados, los modos de crianza bajo los que hemos crecido e incluso la disponibilidad de tiempo, entre otros.

 

Garantizar el respeto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes y potenciar al máximo su desarrollo es clave para el futuro. La diferencia está en criar y educar respetuosamente, en garantía de sus derechos y dignidad. Esto significa que los límites son imprescindibles para comprender y distinguir lo que está bien de lo que está mal; lo que es un comportamiento aceptado y aquello que no.

 
Cada uno de ellos y ellas necesita límites para crecer y desarrollarse. Los límites deben ser no violentos, comprensibles y acordes a su edad. Aquí compartimos algunas recomendaciones de crianza para educar sin violencia a los niños, niñas y adolescentes:
 

1. Calmarse por un instante y reflexionar

Cuando el niño, niña o adolescente está haciendo algo que no debe, a veces los adultos no sabemos qué hacer; para evitar esto, es mejor que nos detengamos un momento, nos calmemos y haciendo uso de una pequeña pausa pensar de manera distinta sobre los hechos. En ese momento de reflexión, es importante plantearse algunas preguntas, como: ¿Estoy esperando una conducta acorde a la edad de mi hijo o hija?, ¿De qué otras maneras podría transmitirle el mensaje para que pueda entenderlo?
 
A partir de estas interrogantes las madres y padres podríamos educar de mejor manera a nuestros hijos e hijas y la forma en que éstos nos ven. 


2. Conversar con el niño, niña, o adolescente sobre lo que está bien y lo que está mal

Aquí los adultos debemos determinar de manera serena, clara y precisa, cuáles son aquellas conductas deseadas y a partir de ello comunicarnos con nuestros hijos e hijas, para que así puedan comprender lo que esperamos que hagan o dejen de hacer.

 
3. Demostrar con un gesto de afecto los sentimientos hacia el niño, niña o adolescente

Las muestras de afecto son determinantes para el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes en todas las edades, por ello es recomendable que podamos darles un abrazo, un beso o regalarle una linda sonrisa. Estas expresiones de cariño les brindan la sensación de calma y tranquilidad, lo cual facilita el acercamiento para conversar sobre las conductas que deben cambiar o mejorar.

 
4. Refuerzo verbal de conductas positivas

Cuando el niño, niña o adolescente tiene un buen comportamiento, podemos emplear frases como: ¡Hijo te felicito! – ¡Lo lograste! -- ¡Hija estoy orgullosa de ti!, entre otras. Estas expresiones confirman y estimulan al niño, niña o adolescente en el proceso de ir aprendiendo a adaptarse al mundo que les rodea. Asimismo, a partir de estas frases, comprenden lo que esperamos de ellos,  y se sienten motivados a querer seguir haciéndolo de esa forma, con el fin de obtener esos reconocimientos.
 

No hay una fórmula mágica para criar bien a nuestros hijos e hijas, pero sí podemos seguir las recomendaciones para educar sin violencia, pues éstas benefician la autonomía, la autoestima, la seguridad, la identidad y la construcción de vínculos respetuosos. A continuación compartimos un video de Fonoinfancia (Chile) sobre las implicancias de la crianza positiva:

 



Fuente de la nota: Aldeas Infantiles SOS Venezuela // Aldeas Infantiles SOS Argentina